¡¿Porqué ríen como cabras?!
Quizás lo sean. Intento comprenderlo, pero sin embargo...
La ira se alimenta de la impotencia, y el apetito de violencia se vuelve desproporcionado. No les basta con pavonearse. Cualquier excusa es buena para hacerse notar. Y desde luego, la ausencia de raciocinio les caracteriza.
Por si fuera poco, aquellos que deberían protegernos no responden.
Parece ser que se han callado...
Pero no, ahi estan de nuevo.
Vuelven; vuelven los bramidos patéticos y los chillidos absurdos.
Aprieto la lengua contra el paladar. Resisto.
Una botella rota podría acabar con esto, pero no soy de los que mean donde comen.
Aguanto...
Ha empeorado. Creo que voy a vestirme.
Ahora vuelvo, espero.
jueves, 12 de noviembre de 2009
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