-Es como cuando estas de noche en la cama, y oyes a ese mosquito cabrón merodeando por encima de tu cabeza
-¿Que coño tiene que ver eso?
-¿Me dejas que siga, y así le encuentras la puta relación?
-Vale, tranquilízate
-Bien, pues eso, es como cuando oyes un mosquito merodear por encima de tu cabeza, y…
-Cabezota, en tu caso una cabeza enorme
-Oye, ¿me dejas continuar? Yo a ti no te hago eso
-Perdona, era para aclarárselo a la gente
-¿Qué gente, de que mierda hablas?
-Nada, cosas mías
-Vale, pues sigo. Oyes a ese mosquito, te tapas con la sabana, pegas patadas al aire y…
-¿patadas?
-¡Joder, sabes a lo que me refiero!
-Vale, ya me cayo
-Bien, pues eso, haces lo imposible para que desaparezca, y llegas a un punto, en el que no sabes si realmente está ahí el mosquito, o lo que oyes es fruto de tu imaginación.
-Mmm, cierto
-¿Verdad que si? Lo peor es que nunca sabrás si esta ahí el mosquito de verdad, porque o bien acaba metiéndose en tu oreja, con lo que descubres que si estaba ahí, o bien te acabas durmiendo, y al día siguiente no te acuerdas de nada. Sin embargo, cada noche se repite la misma historia. ¿Comprendes?
-Si, por supuesto, pero ¿que tiene que ver con ella?
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1 comentario:
Impresionante artículo, muy muy bueno. Me ha dejado...no sé ni como explicarlo.
Un saludo de Thomas
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